Hola, ¿Cómo lleváis la semana?

Hoy os traigo unos ejercicios de respiración que os van a venir muy bien a la hora de cantar ya que son una herramienta fundamental en el canto. ¡Vamos a ello!

6 sugerencias para tomar consciencia y disfrutar de aire, de tu voz…y de la vida, en general.

Ejercicio 1

Vamos a aprender a respirar mejor, y a controlar la naturaleza abdominal o torácica de la respiración:

Túmbate en el suelo, con un libro como almohada, y coloca las manos sobre tu vientre. Observa como al respirar naturalmente éste se mueve. Observa lo incómodo que te resulta respirar hinchando el pecho.

Ahora, pon las manos sobre tus costillas e inspira profundamente, parando en el momento que notes que éstas empiecen a moverse. Espira. Repítelo, respirando de forma natural, no te hiper-oxigenes o te marearás. Ya estás respirando abdominalmente.

Ahora ponte de pie de nuevo, y frente a un espejo vuelve a poner tus manos sobre las costillas. Respira deteniendo la inspiración cuando sientas que las costillas, es decir, la caja torácica, empieza a hincharse. Lleva el aire abajo, imagínate que tienes un depósito de aire un poco por debajo de tu ombligo, en el centro de tu cuerpo. ¿Ves qué agradable es respirar así? Trata de practicar esta manera de respirar (ya sin poner las manos en las costillas) siempre que sea posible, en el autobús, sentado leyendo, escuchando música…¡Y cantando, naturalmente!

En una semana deberías de tener esta técnica dominada.


Ejercicio 2

Relajación Relámpago: La respiración afecta a la emoción, y la emoción afecta a la respiración.

Me gusta aprovechar los ejercicios prácticos de respiración como técnica de relajación. Muchas técnicas respiratorias para reducir la tensión emocional y el estrés utilizan la respiración abdominal.

La relajación preparará al cuerpo para cualquier actividad, eliminando tensiones innecesarias y ayudando a centrar la concentración en el canto.

Además, eliminará patrones respiratorios no deseables (por ejemplo, si estamos jadeando por cansancio o nerviosismo). Esto nos dejará listos para cantar.

Inspira profundamente y suelta el aire inmediatamente. Vacía tus pulmones, y permanece así, en apnea, unos instantes, hasta que el cuerpo te pida inspirar de nuevo. Repítelo. ¿Ves como te tranquiliza inmediatamente?

Como curiosidad, te interesará saber que el patrón respiratorio opuesto (Inspirar, hacer apnea con los pulmones llenos de aire, espirar e inspirar de nuevo inmediatamente sin llegar a vaciar los pulmones) es el propio de una persona muy estresada o en estado de shock. Puedes usar la “relajación relámpago” para ayudar a otras personas cambiando su patrón.


Ejercicio 3

“El susto”

Inhala repentinamente, por la boca, y abdominalmente. Exactamente igual que si te dan un susto. Cuando cantamos, habitualmente tenemos largas melodías, con brevísimas pausas para respirar, y debemos hacerlo con el mayor caudal y la máxima rapidez posibles (por eso se hace con la boca abierta).



Ejercicio 4

“El globo”

Imagínate que estás inflando un globo. Espira, con suavidad, durante un tiempo prolongado, tanto como te sea posible. Vigila, como siempre, que puedas hacer esto respirando abdominalmente.



Ejercicio 5

“La ese”

A veces nos preguntamos dónde tenemos que respirar en una canción, especialmente en aquellas en las que sentimos que nos quedamos sin aire. Este aspecto puede trabajarse con el siguiente ejercicio: Si exhalamos con un prolongado y suave ‘seseo’ estaremos consumiendo la misma cantidad de aire que si estuviéramos cantando con una gestión óptima del mismo.

Así que lo que vamos a hacer es sustituir la melodía de la canción que preparamos por este sonido. Y anotaremos en la hoja impresa de la letra, con una marca, los momentos en los que necesitamos respirar. Este ejercicio es especialmente útil para los vocalistas que tienen que compaginar coreografías con el canto o que se mueven mucho sobre el escenario.


Ejercicio 6

“La vela” Optimizando la gestión del aire.

Otra buena actividad que podemos realizar, no sólo en esta sesión, sino a lo largo de nuestro proceso de formación, que también tiene que ver con la respiración y que nos ayudará mucho en la gestión del aire, es precisamente la de cantar sin aire, o con el mínimo de aire indispensable.

Vamos a cantar con una vela encendida, sujetándola y emitiendo el aire en dirección a la llama; el objetivo fundamental es comprobar que ésta se mueve lo menos posible, lo que querrá decir que estamos emitiendo poco aire y mejorando nuestra gestión del aire. También se puede hacer usando un papel ligero frente a la boca, tratando de que se mueva lo menos posible..

Recordar que un mayor volumen, no implica más cantidad de aire, sino que el aire está más comprimido.

En conclusión

Por tanto, saber como relajarnos y concentrarnos, usando la respiración, si bien no es estrictamente una técnica vocal – más bien estaría en el campo de la meditación – reducirá nuestra ansiedad, mejorará nuestra calidad de vida, y potenciará nuestra capacidad de conectar con otros seres humanos. Comunicar, a fin de cuentas, pues la música es un lenguaje, y la voz es más que moléculas de aire moviéndose por tejidos, huesos y mucosas.

Próximamente os haré un video donde os mostraré éstos y otros ejercicios de respiración para que cantéis sin falta de aire.

¡Hasta la semana que viene!