Uno de los elementos en los que más solemos fijamos al escoger una planta como elemento decorativo, es en la vistosidad de sus hojas. Como cada especie es única y diferente, basamos nuestra elección en los colores, formas o tamaños que más nos agradan.
Pero ¿y si te dijéramos que existe una planta en la que todos estos elementos rompen con lo que estamos acostumbrados a ver? Se trata de la costilla de Adán, una increíble especie, con hojas de sinuosas formas, cuya belleza y espectacularidad te harán sentir amor a primera vista.

Hoy hablaremos de los cuidados de la costilla de Adán, y de todo lo relacionado con el cultivo de esta magnífica planta.

Costilla de Adán: descripción, cultivo y cuidados

Del género monstera y la familia araceae, su apelación técnica es monstera deliciosa, una especie trepadora originaria de las selvas de Centroamérica y Sudamérica.

El nombre de costilla de Adán se debe a los orificios o hendiduras que presentan sus hojas, las cuales generan una silueta que visualmente se asemeja a un tórax. Sus hojas alcanzan grandes dimensiones, y precisamente por eso cada planta cuenta con un número reducido de ellas. Sus tallos son fuertes y gruesos, y crecen flexionándose hacia abajo, aunque pueden enderezarse fácilmente. El tono verde de las hojas es intenso y elegante.

En su hábitat natural produce unas flores de tono blanquecino y formas redondeadas. También genera un fruto alargado con una apariencia que se nos puede antojar un tanto extraño. Su sabor es parecido al de la piña y hay que tener cuidado al consumirlo, pues si no está suficientemente maduro podría resultar tóxico.

Si te gusta combinar en tu decoración la frondosidad de la jungla con el entorno urbano, ¡la costilla de Adán es la elección perfecta! Su indudable aspecto selvático y su sencillo mantenimiento hacen de ella una planta original, versátil, resistente y apta para cualquier estilo.





Cómo cultivar la Costilla de Adán


Luz y Ubicación

La exposición a la luz variará en función de su ubicación. Colocada en el interior necesitará un ambiente bien iluminado, aunque sin incidencia directa de los rayos del sol. En cambio, si la pones en la terraza o jardín, deberás buscarle un rincón más bien sombreado. La exposición directa a la luz solar podría dañar y quemar las hojas, aunque, por otra parte, una iluminación insuficiente dificultará la aparición de sus características hendiduras.
Suelo

La costilla de Adán no necesita un sustrato especialmente elaborado. Con una mezcla de turba, tierra y mantillo de hojas tendrá toda la materia orgánica que necesita. Es muy práctico añadir una pequeña capa de barro cocido en la parte inferior para facilitar el drenaje.





Temperatura

Los climas templados son sus preferidos, ya que este tipo de ambientes son los habituales en sus lugares de origen. La temperatura ideal sería de unos 25 grados. Podría soportar temperaturas ligeramente más bajas de forma ocasional. Por debajo de los 10 grados comienza a deteriorarse, y bajando de los 5 terminará por sucumbir. Gracias a los orificios de sus hojas, que permiten un mejor flujo del aire, aguanta las corrientes de aire mejor que otras plantas.

Cuidados generales

Riegos

El riego ha de ser moderado, aumentando la frecuencia durante los meses de más calor. Procura que la superficie de la tierra esté húmeda, sin llegar a encharcarla. Vuelve a hidratarla cuando veas que el sustrato comienza a secarse. También puedes nebulizar agua sobre las hojas para humedecerlas, aunque no es estrictamente necesario ya que esta planta es capaz de soportar una sequedad relativa.





Fertilizantes y abonos

Para el abonado se recomienda disolver un fertilizante líquido en el agua de riego cada 3 o 4 semanas aproximadamente. Realiza esta operación a lo largo de toda la primavera y el verano. En cuanto al tipo de abono, utiliza preferentemente uno específico para plantas verdes, con una buena cantidad de nitrógeno.





Trasplantes

La costilla de Adán se adapta bien a tiestos pequeños o medianos por lo que con cambiarla de tiesto cada dos años será suficiente. También será el momento de hacerlo cuando las raíces estén demasiado apretadas dentro de la maceta. El trasplante ha de realizarse durante la primavera. Si algún año no lo haces, aprovecha para sanearlo quitando las hojas y raíces que estén secas o podridas.

Plagas

La Costilla de Adán está expuesta a los ataques de la cochinilla, la arañuela o el pulgón.

Cochinilla

La cochinilla causa graves daños en las plantas y produce sobre ellas pequeñas manchas en la parte inferior de la hoja. Las manchas pueden ser marrones o blanquecinas, dependiendo del tipo de cochinilla (parda o algodonosa). Para eliminarla, aplicar un pequeño papel con alcohol en las zonas dañadas, o utiliza una esponja y jabón neutro si la planta es de gran tamaño. Asegúrate de aclarar bien la planta al acabar.

Arañuela

La arañuela produce un característico color amarillento de las hojas y puede llegar a ocasionar su caída. Su llegada se debe mayoritariamente a la sequedad, por lo que utilizar un pulverizador es el mejor remedio. Si no funciona, aplicar el insecticida correspondiente.

Pulgón

Los pulgones son una de las plagas más conocidas y temidas entre los aficionados a las plantas. Esta infección se detecta a simple vista, pues se ven como manchas negras o verdes en la parte posterior de la hoja. El pulgón se alimenta de la savia de las plantas, lo que les provoca un gran debilitamiento. Se eliminan con productos específicos de venta en tiendas de bricolaje y jardinería.

Poda

La costilla de Adán no suele podarse. No obstante, conviene eliminar las hojas que se van secando para evitar la llegada de parásitos. Si quieres que la planta tenga una apariencia más compacta, córtale los pequeños brotes que vayan apareciendo.




La costilla de Adán es una de las plantas de interior más espectaculares que puedas encontrar. A su fantástica apariencia se unen otras cualidades como su alta resistencia y adaptabilidad a todo tipo de ambientes.