Sobrevivir a la Navidad es desde ya un reto para nuestros bolsillos, para nuestra dieta, para nuestras digestiones, nuestro sueño, paciencia, resacas, emociones… Y seguiría. Pero es que todo eso no es nada en comparación con la auténtica aventura que vive la Flor de Pascua, esa planta de hojas rojas que se ha convertido en uno de los símbolos botánicos de la Navidad y que, generalmente, no logra sobrevivir a ella.
Pero es porque no la conocemos, aunque la invitemos a nuestras casas por Navidad año tras año, como el turrón. ¿Queréis una Flor de Pascua duradera? ¿Saber cuál os ofrece mayor garantía de supervivencia? ¿Os gustaría conocer los cuidados de la Planta de Navidad? Basta con acercarse un poquito más a ella y a sus necesidades.
Empecemos por el principio: se llama Poisentia, Euphorbia pulcherrima o Poinsettia, y es originaria de México. Sus hojas rojas, que pueden ser blancas, amarillas o salmón, no son hojas, sino brácteas, que son aquellas hojas cuya misión no es la fotosíntesis, sino proteger las flores (como las de la buganvilla). Y esas flores son pequeñas y amarillas.
Puede llegar a convertirse en un arbusto de hasta 5 m. de altura.
El problema con las poisentias es que, aunque pueden cultivarse en interior, su hábitat más adecuado sería el exterior, pues necesita ante todo mucha luz cuando está en flor y un clima estable, sin heladas, sin altas temperaturas ni calefacción.
Cuidados
Pero también podemos conseguir que sobreviva en casa, atendiendo a algunos de sus requerimientos:
Al comprarla:
No le gustan los cambios de temperatura, así que si la vas a tener en el interior, mejor no la compres en un comercio o puesto en el que esté expuesta en la calle o en el exterior, sino en un local donde la tengan ya en el interior. Los mismo al revés, si la vas a tener en el exterior, que no esté expuesta en un lugar más cálido.
Inspecciona sus tallos y hojas. Que no haya tallos rotos o podridos ni manchas en las hojas.
Inspecciona su base. Mueve un poco su tronco: debe estar firme, no suelto en el sustrato.
En casa:
Necesita luz natural. La oscuridad hace que se le caigan las hojas. No la expongas tampoco al sol directo.
Aléjala de las corrientes de aire.
Tanto el frío como las temperaturas altas hacen que caigan las hojas. Su temperatura ideal es de 22º durante el día y 16º durante la noche. No es conveniente que suba de los 25º ni baje de los 10º.
Odia a muerte la calefacción.
Riégala por inmersión, poniendo la planta en un cuenco o plato con agua (que no esté muy fría, ni por supuesto caliente, por aquello de los cambios de temperatura, vamos, a temperatura ambiente) la dejas 15 minutos y retiras el agua que no haya absorbido.
Deja que se seque un poco el sustrato antes de volverla a regar, pues el exceso de agua puede pudrir la raíz. Suele necesitar un par de riegos por semana como máximo.
Pues eso es todo de momento. Es delicada, pero de verdad que merece la pena cuidarla. Tengamos en cuenta que está tratando de sobrevivir en un ambiente adverso. Basta con ayudarla un poco para conseguir tenerla viva durante todo el año. Las brácteas sólo salen en diciembre, así que, con unos cuantos cuidados, en Navidad volverá a florecer, esta vez más grande y más nuestra.