Hola, siempre activos alumnos,

 

Como tales, os tengo preparada una actividad que aparenta poca cosa pero en realidad es solo para los adictos al movimiento. Como tod@s vostr@s.

 

Lo que empezó como una simple afición, la de caminar al aire libre, se ha convertido en un deporte completo con cada día más adeptos: el senderismo. Pero hoy os voy a hablar de una modalidad suya que es el senderismo casero que recomienda y mucho mi Profesora de Gimnasia Restaurativa. Yo, igual que vosotr@s, soy una alumna muy aplicada y hago caso a los que me enseñan. Así que he tomado prestado el ejemplo y comparto con vosotros cómo y el por qué debemos construir un sendero urbano en casa.

 

Como cualquier construcción, esta requiere previa preparación. Encontrar el material adecuado a veces nos es una tarea fácil. Necesitaremos objetos como estos: ladrillo de yoga o libros de tapa dura, churros de agua u objetos de material esponjoso, piedras, objetos con pinchos, pelotas de tenis u otras pequeñas, papel, tejidos, etc.

 

Los profesores de yoga a menudo dicen que los pies son como raíces del cuerpo. Es cierto, los pies nos aterrizan en la superficie de la tierra a través de los tobillos, de las espinillas, de las articulaciones de la rodilla (y así sucesivamente). Los pies soportan la carga de nuestro peso mientras estamos de pie y proporcionan esos robustos vehículos que caminan, corren y nos permiten trasladarnos de un lugar a otro.

 

El pie nos sustenta, nos da soporte, nos relaciona con el suelo y el mundo, nos permite sentir el contacto con la tierra y enraizar nuestra postura, nos impulsa a movernos hacia delante, a desviar o redirigir nuestros movimientos corporales.

 

En el lenguaje, el pie es símbolo a su vez de estabilidad y contacto con la realidad (tocar con los pies en el suelo), vulnerabilidad (tener un talón de Aquiles), indecisión (con un pie dentro y otro fuera), por citar solo unas pocas expresiones con esa palabra entre los dos centenares que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

 

Históricamente el pie se ha utilizado para demostrar humildad o devoción a maestros o figuras religiosas al besarlos, tocarlos con las manos o lavarlos. Y en muchos países se sigue utilizando como patrón de medida. Su compleja estructura nos permite adaptarnos a los terrenos y superficies más variados, mientras que por otro lado la pérdida de sensibilidad y movilidad lleva a una falta de funcionalidad que puede afectar al resto del cuerpo. Recordemos que el pie consta de 28 huesos. Su movimiento tiene lugar gracias a los músculos propios del pie y los de la pantorrilla.

 


Sin embargo, las estadísticas de las Asociaciónes de Podología demuestran que aproximadamente el 72% de las personas van a sufrir problemas en los pies durante toda su vida (es decir, fascitis plantar, desalineamiento, úlceras en los pies, arcos caídos, nervios pellizcados y dolor) porque a menudo no tratamos a nuestros pies como los soportes vitales que son. Los metemos en zapatos incómodos (y tacones altos), nos paramos sobre ellos durante todo el día y luego nos quejamos sobre los callos y las ampollas que les aparecen; sin embargo, normalmente olvidamos mimarlos a menos que exista un problema grave.

 

Las personas que hemos probado en primera persona los beneficios de prestar atención a nuestros pies, podemos afirmar y con gusto que pisar sobre superficies y texturas diferentes, como las que utilizaremos en el sendero casero, es una forma eficiente de despertar a nuestros pies y tratar todo tipo de problemas en ellos, incluidos los mas graves y que aparentemente no están relacionados directamente con los pies – desalineamiento de caderas, dolor de espalda, desvió de huesos en el sistema óseo – pero que TODOS sabemos que están relacionados con cuestiones estructurales…

 


Caminar es uno de los ejercicios físicos más sencillos, cómodos y completos que existen. Para los que se atreven probar el sendero urbano casero, recomiendo que sea suficiente andar un mínimo de 5 minutos, una vez por semana  para preservar la salud de los pies.

 

Hábitos saludables: El masaje en los pies es una forma excelente de relajarte y darle a tu pie la oportunidad de oxigenarse, por dentro y por fuera. Con cada movimiento que haces, estimulas la circulación sanguínea que por su parte lleva a los nutrientes corporales a sus destinos. Además, ayuda a tratar problemas como los dolores de cabeza, el insomnio y el estrés. Empieza masajeando la parte superior de los pies además de los talones, las plantas y los dedos del pie. Puedes realizar masajes más profundos en los tobillos, las plantas de los pies y los puntos de presión para quitar las tensiones. Se deben evitar los masajes después de las comidas y cuando existen heridas en los pies, problemas venosos importantes, embarazo o enfermedades cardiovasculares.



PARA VER EL VIDEO DE ESTA SEMANA PINCHA DEBAJO


CIRCUITO CASERO PARA EL PIE



Hasta la semana que viene,

Besos,

La Profe