En esta cita de hoy nos vamos hasta Navalcarnero para visitar un dehesa muy bonita y singular que merece la pena conocer. Nos referimos a la Dehesa de Marimartín. En esta ruta también aprovechamos para conocer el Río Guadarrama y andar los escasos 6 km de la Via Verde del Guadarrama hasta el Parque de El Soto y Móstoles.


Para eso, como siempre utilizamos el transporte público para poder llegar hasta Navalcarnero. Desde el Intercambiador de Transportes de Príncipe Pío tomaremos la línea 528 que sale cada 20 minutos de lunes a viernes en invierno, y cada media hora en verano. Si es en fin de semana, su frecuencia es cada hora. En apenas media hora estarás Navalcarnero.
Nos subimos en su primera parada y nos bajamos junto al Parque Histórico de San Sebastián de esta localidad. Preguntadle al conductor por la parada más próxima a la plaza del ayuntamiento. Desde esta parada en San Sebastián, en dirección Este y a escasos 400 metros por la calle Jacinto González, llegamos a la famosa plaza de Segovia de Navalcarnero. La plaza de esta villa.
Esto nos ofrece la posibilidad de hacer una pequeña visita al centro de este bonito pueblo y tomar un café antes de iniciar la ruta.


Nuestro grupo de senderismo realizó esta ruta el 21 de Febrero, en plena semana de Carnaval, y algunas integrantes del grupo tuvieron la oportunidad de subir al balcón del Ayuntamiento y ver la plaza desde esa privilegiada posición, gracias a la amabilidad de los funcionarios del ayuntamiento. 
En ese mismo edificio, pudieron comprar un guía muy singular de rutas sobre y desde Navalcarnero, que es muy recomendable.
Una vez hecha una breve visita y café, el grupo retoma el paso. Para ello vamos a buscar la Plaza de Toros de Navalcarnero por la calles Del Real, Libertad e Italia hasta el Parque de San José donde nos toparemos a nuestra izquierda con la curiosa Fuente de El Caño de San José, donde nos encontraremos una inscripción de una copla popular sobre la piedra granítica de la fuente. «El caño de San José, no le levantan leones, pero le levantan las mozas, con el culo, a rempunjones».

Caños de San José
Superamos esta fuente y plaza tan singulares, para por el Paseo del Alparrache, dirigirnos a la Plaza de Toros que ya divisamos al fondo del paseo. Antes justo de llegar a ella nos daremos con la Cruz de piedra que da nombre a este paseo. La Cruz del Alparrache. Esta bonita cruz también de granito marca el antiguo cruce de los caminos históricos y vecinales de Alparrache, de Perales y Tirabuey.


Precisamente desde este punto y ya con la plaza de toros enfrente, giraremos a la izquierda por el antiguo camino de Tirabuey, hoy camino de Casarrubios, para tras un pronunciado repechón, alcanzar al fondo de la calle el Parque y Museo de Feliciano Hernández, escultor  de fama internacional afincado en la villa y que muestra alguna de sus obras en este espacio verde, que además cuenta con un bonito lago.


Este parque nos permite tomar agua y refrescarnos para retomar el paso bordeando la orilla derecha del lago en busca de la calle Ferrocarril, denominada así por la antigua vía de tren de finales del siglo diecinueve de la línea Madrid-Almorox que luego más adelante tendremos ocasión de seguir y contaos algo sobre ella. Al final de esta calle, giramos a la izquierda, y en busca del Punto Limpio del municipio ya en la Avda. de la Dehesa de Marimartín, tomar más adelante a nuestra derecha, la Avda. de la Casa Roque que va en paralelo a las obras del tren que iba a ser la línea moderna de Móstoles-Navalcarnero que quedó parada en 2008 con la crisis. Seguiremos esta avenida con la vía a nuestra izquierda hasta dar con un camino, también a nuestra izquierda, que lo tomaremos para poder acceder ya a escasos 150 mt. a la Dehesa de Marimartín. Este espacio de gran valor ambiental forma parte del  Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama.















Acceso a la Dehesa de Marimartín.

La posesión de este bello enclave tendrán mucha importancia para Navalcarnero y será protagonista de númerosas disputas por su pertenencia.

Según detallan desde el Ayuntamiento de Navalcarnero, la historia de la dehesa de Mari Martín va íntimamente ligada a su historia. El Concejo local y el Cabildo segoviano afirmarán muchas veces ante la Corona que la puebla de Navalcarnero era imposible sin la posesión de la dehesa. Por ello, la Villa Real de Navalcarnero luchará ya desde el siglo XVI hasta lo imposible para mantenerla bajo la jurisdicción de sus alcaldes. Igualmente Navalcarnero batallará contra Segovia cuando ésta pretenda reducirla a pasto común con objeto de rebajar la tensión con los señores comarcanos, los cuales pleiteaban ante la Justicia Real para sustraer la dehesa a Navalcarnero.


Una vez que accedemos a este enclave, podéis disfrutar de esta dehesa mixta de pinos y encinas, que vamos a recorrer en su primer tramo de Oeste a Norte por el camino del Capellán hasta el final, cuando desemboca tras 3 km. en el Arroyo de la Mina que seguiremos en sentido sur, dejándole siempre a nuestra izquierda, por una pista con buen firme. Nos encontraremos con el camino de Brunete, con una panel informativo del Parque Regional, pero cambiaremos otra vez de orientación para en sentido Oeste, buscar la señalización de la Casa de Roque, que nos lleve hasta la urbanización que ha hecho crecer Navalcarnero y se inserta casi junto a la Dehesa, para volver a cruzar las obras de las vías del tren y el Arroyo de Los Alamillos, bordear tras un buen repechón la última calle de este ensanche urbanístico y a nuestra derecha, la calle del Pino Marítimo. Desde aquí debemos buscar otra pista a la izquierda que baja de nuevo por esta dehesa después de unos 250 metros en paralelo a la calle.













Esta pista que nos alejará de las casas y nos meterá otra vez en la Dehesa, se denomina Camino de la Vereda Alta. Este camino nos dejará ya en el antiguo trazado de la vía histórica del tren Madrid-Almorox. Esta linea ferroviaria, de 74 kilómetros de longitud, fue inaugurada el 15 de julio de 1891. El tren, que salía de la madrileña estación de Goya, llamada de esta manera por situarse cercana a las propiedades del pintor aragonés, conocidas como «La Quinta del Sordo». Realizaba su trayecto con paradas en las estaciones de Campamento, Cuatro Vientos, Alcorcón, Móstoles, Guadarrama, Navalcarnero, Villa del Prado y, finalmente, Almorox. Los vagones, que transportaron a muchos madrileños que iban a bañarse al río Alberche, la llamada “playa de Madrid”, iban cargados de material de obra para la construcción de los pantanos cercanos al río Alberche mientras que, en su recorrido hacia la capital, los trenes trasladaban vino, frutas, cereales, legumbres y harina.
Nosotros caminamos hasta su antigua estación de Guadarrama que está en muy mal estado, para en los antiguos ándenes, hacer nuestro ya típico piscolabis. Descanso y comida porque desde allí seguiríamos hasta Móstoles otra vez  por esta línea que hoy es una Vía Verde de la Fundación de Ferrocarriles Españoles. Hoy es la Vía Verde del Guadarrama.

Piscolabis en los andenes de la antigua estación de Río Guadarrama de la línea Madrid-Almorox.


 
Tras retomar fuerzas, desde este punto puedes decidir volver sobres tus pasos hasta Navalcarnero, esta vez ascendiendo el camino o bien, como hicimos nosotros, seguir el trazado de esta Vía Verde hacía Móstoles. Eso sí, de esta manera alargamos entorno a 4 kilometros más la ruta y comienza a tener una longitud ya considerable (entorno a 18 km).
Nada más salir daremos con dos cosas muy curiosas. La primera es el puente sobre el Río Guadarrama, donde comienza o termina la Vía Verde, que fue restaurado hace ya unos años y que ofrece una vista muy bonita sobre este puente de hierro forjado y remaches muy típica del siglo diecinueve.
La segunda, la señalización del Camino Real de Guadalupe, una iniciativa también muy interesante para los y las andarinas ávidas de caminos, que nos acompañará en sentido Madrid durante 4-5 kilométros.

























No podemos dejar de comentar en este artículo el escaso mantenimiento forestal y de limpieza en el entorno del Río Guadarrama por parte de la Comunidad de Madrid, por lo que se pueden apreciar desde el puente bastantes vertidos a ambas orillas. Una pena.
Una vez dicho esto, seguimos el trazado del tren hasta encontrarnos con un primer cruce donde seguiremos en línea recta, pasando por la puerta de la Asociación Agrociclista Los Chopos, donde nos dieron mucha envidia, pues hacían unas sardinitas a la brasa. Este lugar es muy conocido por andarines, ciclistas y moteros para tomar fuerzas y refrescar el gañote los fines de semana. Durante este tramo de la Vía Verde, como ya hemos dicho, compartimos trazado con el Camino de Guadalupe, alejándonos del núcleo urbano del río para ascender hacia Móstoles, con el Arroyo de El Soto a nuestra derecha y  con una bonita y reciente pasarela sobre él, que da acceso a la urbanización de Parque Coimbra. Pero como hemos dicho, nosotros seguiremos en línea recta.
















Continuamos por la Vía Verde atravesando la carretera que da acceso al núcleo del río hasta llegar a la primera finca que tiene una valla con cipreses altos, La rodeamos hasta bajar a la carretera, que cruzamos para ir por la izquierda de nuevo como si fuéramos al río. En apenas 150 metros, tendremos el acceso al Parque de El Soto de Móstoles.


Este bonito parque que ya nos va acercando al final del recorrido lo recorremos deleitándonos con su arroyo y su lago. Buscamos Móstoles que ya se asoma, por la orilla izquierda del lago hasta la puerta de acceso que está en la Avda Iker Casillas, que es natural de esta ciudad. Debemos continuar por esta avenida para rodear el Complejo deportivo Ándres Torrejón, que nos acerque a la Estación de Cercanías de Tren de Móstoles-El Soto, donde finalizamos el recorrido.

Nuestra ruta desde el acceso de la Dehesa de Marimartín tuvo este recorrido:


Y para finalizar este artículo, os dejamos un pequeño vídeo resumen con las fotos de esa jornada. Hasta la próxima.


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