Os traemos hoy una de las infraestructuras para andar y montar en bici más conocidas de nuestro país y que tanto hemos hablado de ellas. Sin duda lo tenemos en la agenda como una de nuestras rutas pendientes. Nos referimos a la Vía Verde del Tajuña. Su longitud cercana a los 50 km. hace imposible hacerlo en una jornada, pero como en otras rutas que os hemos propuesto aquí, podemos realizarla en varias jornadas. Como siempre utilizamos el transporte público y la primera parte de hoy la vamos a comenzar desde la Estación de Metro de Arganda del Rey de la línea 9 de Metro, y al finalizar la ruta tomaremos un autobús en Morata de Tajuña que nos llevará de vuelta a Conde de Casal.


Las otras jornadas para conocer por entero esta vía verde, la tendremos que realizar en autobús, prestando atención a los horarios, pues el resto de poblaciones (Tielmes, Carabaña, Orusco y Ambite)  no tienen tanta frecuencia de paso como Arganda o Morata. Pero dicho esto, vamos con la presentación de la ruta que tiene en esta primera jornada que os proponemos una longitud de 15 km. y una dificultad baja. Curiosidades.


EL TREN DE ARGANDA QUE PITA MÁS QUE ANDA.
Este dicho muy popular entre los madrileños de una determinada generación hace referencia a la vieja línea ferroviaria que partía desde la estación de Niño Jesús, justo al lado del parque del Retiro y circulaba por Vicálvaro, Rivas, Arganda, Morata y resto de los pueblos del Valle del Tajuña hasta Mondejar (Guadalajara) y Alocén junto al río Tajo. Esta línea de vía estrecha se intentó conectar con Teruel y la costa de Valencia, pero poco a poco se fueron cerrando sucesivos tramos hasta su definitivo cierre para pasajeros en 1969. El tramo entre Vicálvaro y la Cementera de Morata aún funcionó 30 años más como ferrocarril minero privado.


DEL VIEJO FERROCARRIL A LA MODERNA LÍNEA DE METRO

Hasta 1998 la empresa cementera Portland Valderribas utilizó con sus ferrocarriles mineros una parte de la actual Vía Verde en concreto el tramo comprendido entre sus instalaciones de Vicálvaro y la cementera de El Alto, cerca de Morata de Tajuña. Con el cese de actividades de este ferrocarril se puso en marcha el proyecto para la utilización de parte de su trazado en la construcción del tramo de la línea 9 de metro comprendido entre Vicálvaro y Arganda, sin embargo muchos tramos del viejo ferrocarril no pudieron ser aprovechados por el metro y quedaron definitivamente abandonados.


TRENES DE AYER QUE CIRCULAN HOY: EL MUSEO DE LA POVEDA.

Una de las actividades que nos planteamos en otra de las rutas del Grupos de Senderismo de los Centros de Mayores de Chamartín (la del Soto de la Juntas que nos asomo levemente a la Laguna del Campillo), hablamos de visitar en primavera este tren que ahora os presentamos y al que puedes acercarte antes de iniciar esta ruta.
El trazado del tren de Arganda una vez cerrado al tráfico de viajeros sufrió diversos avatares. Como ya se ha citado, hasta el año 1998 la empresa cementera Portland Valderribas utilizó con sus ferrocarriles mineros una parte del mismo. Con el cese de actividades de este ferrocarril se puso en marcha el proyecto para aprovechar parte de su trazado en la construcción de la línea 9 de Metro. Sin embargo un tramo de unos seis kilómetros de vía se preservó para uso turístico. Gracias al trabajo desinteresado de un grupo de apasionados del tren, Madrid dispone de un museo ferroviario «vivo» donde se puede circular en auténticos trenes de vapor en el Museo de La Poveda. Visitad su web www.vapormadrid.com y veréis que maravilla.
DESDE LA POVEDA HASTA ARGANDA.
En el interior del casco urbano de Arganda hay dos tramos del antiguo ferrocarril que han sido reconvertidos en carril-bici. El primero de ellos, rehabilitado por el Ayuntamiento de Arganda del Rey discurre entre el antiguo paso a nivel de la Azucarera de La Poveda (Estación de metro de La Poveda) hasta el Polideportivo Príncipe Felipe, situado en el centro urbano de la localidad. Son un total de 3 km de antigua vía que discurre por el barrio residencial de la Poveda y por los polígonos industriales Borondo, El Guijar y San Roque.

La Vía Verde del Tajuña se ha construido en diferentes fases y dispone de un trazado principal de 49 km, con un ramal que parte desde Orusco hasta Estremera de 14 km más y conocido como «El Ferrocarril de los Cuarenta Días». La apertura del tramo entre Arganda del Rey y Morata de Tajuña supuso la conexión de esta Vía Verde con el Metro.

El Tajuña es un pequeño afluente del Jarama que nace en los páramos de Maranchón, en Sierra Ministra (Guadalajara). Las aguas de su cauce en su descenso hacia el suroeste peninsular se van encajando poco a poco en la planicie de La Alcarria, si bien sus aguas no «tajan» de manera tan potente la llanura como El Tajo, su hermano mayor, de aquí procede su nombre «Tajuña». El valle del Tajuña está muy bien definido por unas empinadas vertientes, un fondo plano y unos pequeños pueblos emplazados casi siempre en la ladera de La Solana. El Tajuña finaliza su recorrido de 150 kilómentros en el Jarama, que a su vez se une al Tajo, muy cerca de Aranjuez.

Cuando hablemos de la segunda parte de esta ruta os iremos contando más curiosidades de la zona, pero hoy comenzamos ya a andar desde la Estación de metro de Arganda del Rey, donde debemos localizar a escasos 300 metros el inicio de la Vía Verde. Para ello, saliendo de la estación giramos a la derecha, pasamos junto a una gasolinera y llegamos a dos grandes rotondas. Justo en la segunda rotonda y en el lado izquierdo de la misma comienza la Vía Verde.

Como referencia y en paralelo se encuentra la calle Carabela. La Vía Verde está totalmente señalizada de modo que no hay peligro de perderse. Tan sólo recordar que los 10 primeros kilómetros son en ligero ascenso, el mismo que hacía el ferrocarril para salvar el desnivel desde el valle del Jarama hasta la meseta de «El Alto», donde se encuentra la cementera.


Estos 10 primeros kilómetros en ligero ascenso terminan, y atrás hemos dejado la autovía A-3 que hemos superado por un túnel y una zona de descanso posterior. A la derecha se levantan las gigantescas instalaciones de Portland que fabrican el «clínker» del cemento tras calcinar caliza y arcilla a una temperatura que está entre los 1350 y 1450 ºC.

Habremos rodeado la cementera y a partir de ahora disfrutaremos de una bonita bajada hasta Morata de Tajuña. A la derecha y junto al cruce de la carretera M-302 se encuentra el monumento de la batalla del Jarama. Las vistas desde allí de la vega del Tajuña son impresionantes.


LA BATALLA DEL JARAMA. UN PRÓLOGO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
En febrero de 1937 dos ejércitos chocan de manera frontal en la pugna por el control de la carretera de Valencia, la única vía de comunicación de Madrid, con su retaguardia de Levante. El resultado fue la Batalla del Jarama donde se batieron tropas de más de 30 nacionalidades distintas, desde el célebre Batallón Lincoln compuesto por soldados norteamericanos defensores de la democracia y la república, a un columna de irlandeses que lucharon con las tropas rebeldes. Británicos, polacos, alemanes, rusos, franceses, marroquíes o italianos cruzaron sus destinos en este valle. En la actualidad, sobre el campo de batalla, aún quedan huellas de aquella cruenta batalla.

Seguiremos nuestro camino ya en descenso para ver como Morata de Tajuña ya se nos aparece cada vez más cerca. En Morata habremos recorrido ya 15 km, por lo que debemos dar por terminada esta etapa. Buscaremos el centro de la villa donde antes de tomar la línea 336 que no llevará de vuelta a Conde de Casal, visitaremos las tabernas locales para deleitarnos con un vinito o cerveza para reponer fuerzas.

Y antes de dar por terminada la etapa de hoy, os dejamos como siempre un croquis de la ruta.