¿Qué es la osteoporosis?

La Osteoporosis es una enfermedad en la que el hueso se vuelve más poroso, con más aire en su interior, aumentando el número y el tamaño de las cavidades existentes. Así, los huesos se hacen más frágiles, resisten peor los golpes y tienen mayor riesgo de fracturas.

¿Cómo se diagnostica?

La osteoporosis se diagnostica mediante una prueba denominada densitometría. Esta prueba nos indica cuál es la masa o densidad de nuestros huesos en comparación con la media de la población.

La densitometría establece un diagnóstico de osteoporosis cuando el nivel de masa del hueso está muy por debajo de la media de la población y, por tanto, hay un riesgo más elevado de sufrir una fractura.

¿Quién debe hacerse una densitometría?

Su médico será quien le aconseje si se debe hacer esta prueba. Generalmente, sólo hay que hacerla en aquellos pacientes que presentan unos factores que pueden favorecer la aparición de la osteoporosis.

Los factores más relacionados con la osteoporosis son: haber sufrido una fractura previa, padecer una menopausia precoz (antes de los 45 años) o una menopausia después de una operación ginecológica o tomar ciertos medicamentos como los corticoides.

Cuidados para la prevención

Se pueden tomar varias medidas para mantener los huesos sanos, fuertes y retrasar la pérdida de hueso.

La dieta debe aportar todo el calcio necesario para la mineralización de los huesos. Esto supone mantener una alimentación sana y equilibrada en la que estén incluidos los productos lácteos.

El calcio está presente sobre todo en los productos lácteos, frutos secos y pescado.

Cuando la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, deben administrarse suplementos. En muchas ocasiones se asocia la administración de vitamina D, ya que facilita la absorción y utilización del calcio.

Respecto a la vitamina D, la exposición al sol es fundamental para conseguir un buen aporte. Según algunos autores, puede ser suficiente con treinta minutos al día.

Cantidad de calcio necesaria en la dieta

Las dosis recomendadas especialmente para la mujer dependen de la edad y de otras circunstancias. En general se recomienda el siguiente aporte:
0 a 6 meses – 360 mgr
6 meses a 1 año – 540 mgr
1 a 10 años – 800 mgr
10 a 24 años – 1200 mgr
Adulto – 800 mgr
Embarazo – 1200 a 1400 mgr
Lactancia – 1200 a 1400 mgr
Personas mayores – 1200 a 1600 mgr

Ejercicio físico para prevenir la osteoporosis

La falta de ejercicio físico influye de forma importante en la fortaleza del hueso. Puede ser suficiente con realizar un paseo diario o ejercicios de gimnasia.

El sedentarismo da lugar a una disminución de la mineralización del hueso debido a la inactividad. Esa inactividad produce un descenso en las fuerzas y tensiones que actúan en el hueso. Aunque pueda parecer contradictorio, esa presión ejercida sobre el hueso ejerce un efecto revitalizador del mismo favoreciendo la formación de nuevas trabéculas óseas.

El sedentarismo también tiene otras muchas consecuencias, por ejemplo sobre el sistema cardiovascular. Ese sedentarismo puede ser fruto de unos hábitos de vida erróneos despreciando la realización de ejercicio físico incluso en el día a día, muchas veces por la excesiva comodidad que nos puede ofrecer la vida moderna.

Esa inactividad puede ser mucho más acuciante en las personas mayores. La falta de oportunidades y el aislamiento al que se pueden ver sometidos favorece ese problema.

Por otro lado, la degeneración de las articulaciones con la consecuente aparición de artrosis disminuye la posibilidad de evitar la falta de movilidad. Eso unido a los dolores que pueden aparecer como consecuencia de las pequeñas fracturas que comprometen el hueso, aumentan la dificultad para moverse.

Luchar contra la obesidad y el sobrepeso

El sobrepeso implica un mayor deterioro del sistema osteomuscular, con la aparición de fenómenos de sobrecarga y lesión de las articulaciones.

Parecen implicarse además otros factores en el desarrollo de esta enfermedad como influencias genéticas, enfermedades reumáticas, procesos sistémicos inflamatorios, consumo de tabaco y alcohol, etc…Contra algunos de ellos no se puede luchar, pero sí contra aquellos que son subsidiarios de ser corregidos con una vida sana.

Prevenir las caídas en las personas mayores

  • Hacerse revisiones de la vista y el oído (para saber bien dónde se pisa).Utilizar calzado adecuado a la edad (evitar grandes tacones que pueden alterar el equilibrio).
  • Ayudarse de bastones, etc. si hace falta.
  • Evitar movimientos bruscos que puedan producir mareos (sensación de que la cabeza da vueltas).
  • Evitar la sobreutilización de fármacos, y consultar con el médico o farmacéutico si le producen inestabilidad.
  • Mantener una iluminación adecuada en el hogar, sobre todo si hay que levantarse por la noche para ir al baño.
  • Evitar alfombras y otros obstáculos como cordones eléctricos, etc., para no tropezar.
  • Instalar barras de seguridad en el baño y alfombras de goma en la bañera o ducha.

 

Esperamos que esta información haya sido de utilidad y os anime a seguir tomando iniciativas para cuidaros cada día mejor.