Es momento de conocer algunos ejercicios de dicción y vocalización para crear un podcast de calidad. Al principio te darás cuenta de que una buena locución no es tan fácil o sencilla como uno cree. Afortunadamente, hay formas para mejorar esta situación, si bien es cierto que las repeticiones y la edición ayuda

1. LA RESPIRACIÓN

Durante una locución es muy conveniente controlar la respiración para mejorar la dicción. Se recomienda respirar desde el estómago si queremos conseguir un buen tono. La forma de fortalecer el diafragma es sentarse de forma recta, respirar profundamente y expulsar todo el aire.

Esto se conoce como la respiración diafragmática y se entrena, porque ya la conoces. Es la misma respiración que tenemos cuando somos bebés.

El ejercicio consiste en:

Inhalar aire hinchando la barriga, recuerda, hinchando la barriga. Los adultos respiramos, hinchamos el pecho e incluso alzamos los hombros, ESTO NO ES.

Se trata de coger aire y ver como nuestra barriga crece. A continuación aguantaremos 2-3 segundos la respiración y después soltaremos muy lentamente el aire por la nariz viendo como nuestra barriga pierde aire.

Repetir unas 15-20 veces el ejercicio, y tomarlo como práctica habitual cada día. Puedes hacerlo en cualquier momento del día, además verás como relaja.

2. Ejercitar las cuerdas vocales

Es fundamental realizar ejercicios de fortalecimiento eligiendo las palabras y sonidos específicos. Puedes repetirlas subiendo y bajando el volumen.

No confundir con forzar la garganta, porque de lo contrario nos estaremos dañando las cuerdas vocales y son muy sensibles.

El ejercicio debe hacerse progresivamente tanto durante el ejercicio como a lo largo de los días.

Tomaremos las vocales (a,e,i,o,u) como referencia y cada una de estas letras nos servirá para ejercitar nuestras cuerdas vocales.

En este caso son dos ejercicios, el primero:

Con la lengua en el paladar, con la boca abierta, soltando poco aire y sin alzar para nada la voz más bien que suene muy bajito intentaremos hacer el sonido de una sirena con cada una de las letras. Entre 5-10 segundos por letra. Así en 3 repeticiones.

A continuación pasaremos al segundo ejercicio de esta parte, y ser simular que masticas muy exageradamente a la vez que sacas la lengua.

Imagina que estás comiendo chicle (intenta no hacer mucho ruido que es un poco asqueroso), pero de manera muy lenta y muy exagerada, haz 3 repeticiones que duren entre 5-10 segundos.

3. Articular palabras y vocalización

Los ejercicios de vocalización son clave. Pon en práctica la articulación de palabras. Frente a un espejo puedes pronunciar las palabras de forma lenta y correcta con la boca bien abierta. Por ejemplo, repetir un trabalenguas rápidamente mejorará la calidad de pronunciación.

El ejercicio consiste en volver prácticamente a nuestra infancia. Tomaremos cada palabra para separarla en sílabas y sin perder el ritmo vocalizaremos cada sílaba y cada letra.

Vo-ca-li-za-re-mos ca-da sí-la-ba y ca-da le-tra .

¿Lo has leído vocalizando cada sílaba? Me encanta…

Yo este ejercicio lo hago mientras conduzco, y leo los carteles de la carretera, las matrículas de los coches o los nombres de las empresas de los cambios de este modo.

A2 Za-ra-go-za / A-e-ro-puer-to

Pero eso no queda aquí porque deberás leerlo con la boca bien abierta y forzando su correcta pronunciación.

Otro de los ejercicios imprescindibles para esto son los trabalenguas, al final de este post te dejo 4 o 5 trabalenguas para que trabajes con ellos

4. Ejercicios posturales

Si bien es cierto que los ejercicios de dicción, calentamiento de voz o articulación son de suma importancia, cabe resaltar la importancia de una buena postura. Por ese motivo, procura relajar los hombros sin dejarlos caer y evitar encorvarse.

Debemos mejorar la flexibilidad de nuestro cuello, hombros y espalda. Y estos ejercicios los realizaremos mientras nos masajeamos los pómulos, el cuello, la frente, los ojos y la nariz.

Para mí este es uno de los ejercicios de locución más importante que existen.

Los ejercicios deberás repetirlos en 3 ocasiones dejando 20 segundos entre ejercicio y ejercicio para realizar la respiración diafragmática.

Mientras masajeamos la cara giraremos la cara a la derecha y aguantaremos 10 segundos, después a la izquierda otros 10 segundos, inclinaremos la cabeza hacia atrás masajeando el cuello por la parte de de la garganta y aguantaremos 10 segundos más, terminaremos volviendo la cabeza hacia delante y tocando barbilla con pecho masajearemos nuestra frente y nariz durante otros 10 segundos.

Descansaremos.

El siguiente ejercicio inclinaremos la cabeza hacia la derecha y aguantaremos 10 segundos, después a la izquierda 10 segundos más y haremos después rotación de cabeza 5 segundos hacia la derecha y otros 5 segundos hacia la izquierda

5. Control de la velocidad

¿Cómo mejorar la dicción? Un buen ejercicio es la lectura en alto. Asimismo, debes aprender a tener en cuenta la velocidad de lo que se dice. Aprender a hablar de forma pausada es el primer paso.

Pero esto no indica que la conversación sea monótona o aburrida. El énfasis a la hora de pronunciar ciertas palabras es muy importante para mejorar la oratoria.

Siempre que puedas intenta leer en alto, además ahora pasamos muchas horas con la boca tapada y cerrada y esto es perjudicial para nuestra dicción.

Si no quieres leer ningún libro de narrativa en alto, coge algún periódico o noticia digital y léela en voz alta. Hazlo de manera lenta pero que sea entendible y procura darle las entonaciones necesarias a las frases para mantener el interés en la lectura y no sonar como si fueras un robot, si consigues darte cuenta que lo estás haciendo mal para y vuelve a empezar.

Tu lectura en voz alta debe sonar real y lo más interpretada posible, no te preocupes si se te seca la garganta o si saltas palabras mientras lo lees, continúa tu lectura y si es necesario una vez la hayas terminado vuelve a realizarla pero en esta ocasión de una manera más rápida.

El objetivo es leer la misma noticia en 3 ocasiones pero a velocidades de lectura distintas, siendo la última la más rápida. ¡Ojo, que no es ninguna carrera! Con lectura rápida me refiero a que se siga entendiendo y que esté al nivel de cuando hablas sin leer.

6. Liberar emociones

Otro aspecto clave es el control emocional. Hay que dar una sensación de naturalidad y seguridad en uno mismo. El receptor captará el timbre de voz, la velocidad y la entonación.

Recuerda que el feedback es muy importante. Siempre hay alguien que escucha.

Liberar emociones es algo muy complejo pero todos sabemos hacerlo. No es cuestión de ponerse a llorar o reír desmesuradamente y sin ningún propósito.

Más bien esto se trata de ejercicios con el cuerpo entero, unos pequeños saltos en el suelo mientras agitas los brazos, sacudes el cuello y arqueas la espalda. Haz girar tu cintura como si estuvieses bailando un hula-hoop. Levanta los brazos al cielo y ves bajándolos hasta tocar con los dedos la punta de tus pies es otro de los ejercicios posturales que te ayudarán a mejorar tu postura.

Uno de los ejercicios de locución imprescindible para mejorar la vocalización y liberar el cuerpo de tensiones con el que conseguirás evitar el engarrotamiento.

7. Grabar voz

Es obligado hacer una autoevaluación e identificar nuestras debilidades y fortalezas para poder mejorar. Por esa razón, debemos grabarnos y revisar varias veces dicha grabación.

En resumen, la locución es una actividad que conlleva una gran responsabilidad porque el micrófono tiene un gran poder. Seguro que si pones en práctica estos ejercicios observarás grandes mejoras.


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