¡Cantar sin hacerse daño es posible!

Hola, ¿Cómo estáis? Espero que muy bien.
La semana pasada os dije que hoy os iba a traer un vídeo hablando sobre los géneros musicales que existen. Pues bien, es tan largo que llevo una semana con ello y no llegaba a tiempo para hoy, si quería dormir claro. Jejeje. 

No pasa nada, la semana que viene lo tendréis sin falta. Y hoy te traigo unos consejos para no hacerse daño al cantar. ¡Empezamos!

Sí, es posible cantar sin hacerse daño, pero si pensabas que no, es que realmente tienes un problema.
Y aquí estoy yo para ayudarte a solucionarlo. 

Porque no hay derecho a que tengas que sufrir cada vez que quieres hacer algo que te encanta.
Como siempre, hemos de hablar primero de terminología, para ver qué tipo de daño te estás haciendo cuando cantas.


¿De qué tipo de daño estamos hablando?
Para analizar el tipo de daño que te estás haciendo al cantar, hemos de tener en cuenta dos factores:

¿Cómo es el daño que te estás haciendo?
Puede ser un poco de irritación que sólo sientes al hablar o cantar.
Puede ser como una sequedad de garganta que te va produciendo mucosidad.

Puede ser un dolor continuo y punzante a la altura de la nuez (es posible que localices ese dolor a un lado o al otro de la nuez).
O puede ser una sensación de cansancio.

Sea cual sea el tipo de dolor, lo importante es la duración o las consecuencias que tiene.

¿Cuándo aparece el daño y cuánto dura?
En lo que respecta a su momento de aparición, hay dos tipos de dolor: instantáneo (o agudo) y acumulativo.

Por sus nombres, no te costará deducir cuál es cuál, pero igualmente te lo voy a explicar para no dejar nada al azar.
El instantáneo es cuando al momento de hacerlo te das cuenta de que ahí te ha rascado.

El acumulativo es el que notas después o incluso al día siguiente.
En el caso del acumulativo, es probable que te des cuenta de que te estás dañando mientras estás cantando o practicando, pero cómo estás a tope con tu práctica o la canción no te das cuenta hasta que es demasiado tarde para cantar sin hacerte daño.

No hace falta que te explique que el peor es el acumulativo, porque si al sentir ese dolor instantáneo paras al cabo de un rato estás bien, pero si sigues, se convierte en acumulativo sin remedio.


Cuatro normas a seguir para cantar sin hacerse daño:
Una buena prevención es mejor que una buena cura, así que vamos a ver 4 maneras de prevenir este daño al cantar.

#1: No permitas que un dolor agudo se convierta en acumulativo.

Ya te lo he explicado más arriba, pero vamos a remarcarlo un poco, porque esto es importante.

Entiendo que si estás actuando delante de gente o tienes una presentación no puedes estar muy pendiente de cómo emites la voz tanto como del contenido del mensaje (la canción, la charla que estés dando..), aunque lo suyo es que lo intentes.

Presta atención a tu cuerpo siempre que puedas y a la mínima señal, cambia el mecanismo.
Pero pongamos que estás practicando.

Siempre que practiques tienes que analizar muy atentamente lo que está pasando en tu voz.

Si un camino se hace demasiado difícil y parece que estés moviendo una montaña para dar una nota entonces ahí hay algo mal. Tienes que buscar un cambio de coordinación, porque nunca encontrarás la nota correcta a base de fuerza bruta.

Es como si intentaras que un coche fuera siempre en primera (si conduces un coche con marchas sabrás de lo que hablo).

Si no consigues hacer esa nota sin utilizar la fuerza bruta y sin hacerte daño, es mejor que no la hagas hasta que des con la manera.
Recuerda que tienes alternativas.
Puedes bajar el volumen para ver si eso te conduce a otro destino, por ejemplo.

#2: Hidrátate bien antes de cantar.

Tu cuerpo es tu instrumento, ya lo sabes. Y somos casi todo agua.
Si tu cuerpo no tiene la suficiente hidratación, a lo primero que deja sin es a tus cuerdas vocales, porque no las necesita para sobrevivir.
Y si tus cuerdas vocales están resecas no pueden vibrar bien y se irritan fácilmente con su uso.

Así que asegúrate de tener el nivel de líquido que tu cuerpo necesita antes de ponerte a cantar.

#3: Duerme las horas necesarias antes de cantar.

De nuevo el cuerpo humano, ¡tan frágil!
¿Sabías que si no duermes las horas que tu cuerpo necesita, tu voz responde peor?
Si tienes que cantar al día siguiente, procura ir a dormir pronto para estar al 100%.

Si no lo estás, es probable que hagas fuerza innecesaria o aparezcan tensiones que no quieres.

#4: Si tienes un día malo, no te tortures.

De nuevo, somos humanos, así que no nos hemos de pedir una precisión robótica.

Hay días que por lo que sea los tenemos torcidos, así que si ves que no estás al 100%, no insistas y busca otro camino en el que puedas cantar sin hacerte daño.

Por norma general son las notas agudas las que suelen dar problema y son las notas que, si se consiguen hacer bien, ayudan a cantar sin hacerse daño.

No te pongas en plan tozudo con esas notas. Si estás intentando que te salgan igual que las notas graves pero sientes que estás forzando necesitas hacer un cambio de chip.

Canta esa parte en voz de cabeza, o falsete o lo que salga, siempre intentando no hacer fuerza.

Si lo haces así, es probable que al cabo de un rato tu voz ya encuentre el equilibrio por sí misma.

En conclusión, cuida tu voz y practica con sentido, ya verás como sí que es posible cantar sin hacerse daño.


Hasta la semana que viene.